La primera reacción que tenemos los coaches cuando nos toca ayudar a un cliente con algún tipo de trastorno, es sentirnos impotentes.
Una persona con un desorden mental suena como alguien que solo debería ser visto por psicólogos/psiquiatras y hasta sentimos que darle coaching sería falta de ética.
La verdad es que la mayoría de desórdenes mentales necesitan algún tipo de apoyo psicológico en el inicio para aprender a manejar la enfermedad. Algunos hasta necesitan medicamentos por el resto de sus vidas con tal de mantener los síntomas controlados. Este es el caso con trastorno bipolar 1 y 2.
¿Pero qué pasa cuando una persona con trastorno bipolar pide coaching?
¿Se le concede el deseo, o se le niegan las sesiones?
Créelo o no, cuando una persona con trastorno bipolar ha ido al psiquiatra, y ha pasado por el proceso de terapia psicológica; en ese proceso aprendió las técnicas necesarias para controlar su enfermedad. Cuando el psiquiatra determina el medicamento ideal y la dosis adecuada, y el proceso psicológico ha terminado, el cliente se vuelve prácticamente un experto en su enfermedad. Si él/ella cumple con la diaria dosis de sus medicamentos y mantiene una rutina en su vida, no necesita volver a tera pia (aunque una sesión de seguimiento de vez en cuando no vendría mal). Puede incluso llevar una vida normal. Es allí donde el coach puede ofrecer sus servicios.
El coaching ideal para un cliente con trastorno bipolar es uno que le enseñe como mantener rutina en su vida (y en eso los coaches somos expertos): Acostarse a la misma hora diariamente, tener un chart (agenda o programa) bien detallado del manejo del tiempo, ningún consumo de alcohol, café o sustancias que alteren mucho el sistema y no olvidar guardar tiempo para relajación. Los clientes con trastorno bipolar no deben de ponerse muchas tareas porque un exceso de tareas puede provocar un episodio maníaco.
Enséñale a tu cliente que la calidad del trabajo que él hace es mejor que la cantidad y lo que no puede hacer hoy, tendrá más tiempo para hacerlo mañana.
Ayudar al cliente a encontrar un propósito en la vida también es tu deber como coach. Un propósito ayudaría a evitar la tendencia hipomaniaca (energía elevada) de ponerse un exceso de proyectos sin sentido y serviría para guiar el enfoque de tu cliente. El propósito debe ser uno que se pueda lograr a través de una rutina saludable, sin perder la hora de dormir.
Este tipo de coaching sería un éxito total siempre y cuando el cliente no deje de tomar sus medicaciones.
A la larga, la tarea del coach es asegurarse de que el cliente mantenga la rutina y aprenda a dominar los pensamientos depresivos e hipomaniacos; que el cliente forme conciencia de sus estados de ánimo. Durante episodios depresivos, el cliente debe de optar por conversar con amistades graciosas, ver comedias que lo hagan reír, o ir a un concierto animador, en vez de quedarse en casa pensando y alimentando la depresión. Durante estados hipomaniacos, el cliente debe de aplicar técnicas de meditación y buscar actividades relajantes sin perder la hora de dormir, en vez de ponerse un exceso de tareas. Un estado de hipomanía mal cuidado se puede convertir en un estado de manía completa: el estado más peligroso de un cliente con trastorno bipolar. Si al cliente se le hace difícil mantener su hipomanía controlada, lo más probable es que necesite otra visita al siquiatra con tal de modificar sus medicamentos, cambiar la medicación, etc.
Espero que esta información te ayude a estar mejor preparado para tratar un caso de estos.
Acuérdate, todo coach conoce sus capacidades. Cuando tengas muchas dudas sobre el manejo de un cliente, es mejor referirlo a una persona con más experiencia en estos tipos de trastornos. Te deseo lo mejor en tu misión.
Soy Juan Morales de Live –or- Let Die Psychology recordándote que cuando llegue la hora de vivir o dejarte morir… vive 😉
Juan Morales, MS, AIDCP
Counseling Psychology
Motivational Speaker and Life Coach
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